Friday, September 9, 2011

Portrait of a Call Girl (Graham Travis, 2011)



Elle es una chica de veinte años que cambia su pueblo por la ciudad de Los Ángeles huyendo de su pasado, un hogar desestructurado y una relación tormentosa. Allí, empezará a trabajar como escort de lujo, un trabajo que la atrapa como una droga. El dinero y el control sobre su vida parecerán llenarla, pero su pasado la perseguirá y su desequilibrio emocional empezará a pasarle factura.



'Portrait of a Call Girl' es una de esas películas que se recuerdan y se repasan en la mente una vez han terminado. Ver una película con grandes expectativas suele ser contraproducente, pero lo cierto es que Graham Travis ha creado la que es, por el momento, la mejor película del año. Un filme estudiado, bien escrito, excitante, duro y delicado al mismo tiempo, que aúna la trama y el sexo como una unidad indisoluble, y que está dirigido con personalidad, algo de lo que carecen la mayor parte de las películas hoy en día.


Y lo cierto es que es una película arriesgada. Primero, porque es un drama puro y duro, un género difícil de soportar en el porno y que hay que saber tratar con tiento para no flaquear en el ritmo y caer en el desasosiego, algo que consigue Travis. Y segundo, porque está centrada en un sólo personaje femenino. No hay ninguna otra mujer en la parte sexual, sólo Jessie Andrews y un buen puñado de hombres, y las pocas mujeres que aparecen tienen pequeños papeles secundarios. Un hecho se puede observar como carencia o handicap del filme, pero que Travis salva con un guión con sentido y bien construido. Sin embargo, se podría haber justificado argumentalmente la inclusión de una mujer en las escenas sexuales de Jessie sin que desestructurara la trama e, incluso, aportándole un valor añadido, tanto a la historia como a la parte sexual.



Así que es la joven Jessie Andrews la que lleva todo el peso de la película. Otra apuesta arriesgada de Elegant Angel, puesto que Andrews lleva sólo un año en el negocio y no ha hecho mucho porno argumental. Y aunque antes de verla se me antojó un proyecto demasiado grande para ella y al comenzar la película pensé que no podría con el papel, lo cierto es que a medida que avanza la película Andrews convence más y más, aprovechando su aparente candidez para resaltar las partes más duras del personaje, dotándolo de una gran personalidad.



Estéticamente, la película es sumamente bella, aprovechando al máximo la alta definición y con planos estudiados detenidamente. Hay imágenes que recuerdan al más cristalino Andrew Blake, otras secuencias, al más lujoso y ampuloso Mario Salieri, y hay momentos en los que Travis sobresale como un alumno aventajado y talentoso del mejor Paul Thomas, llevando el drama con fuerza y estilo. Pero pese a los inevitables referentes, Travis demuestra personalidad a la hora de escribir y dirigir, creando secuencias de esas que se quedan en la retina y que quieres volver a ver.



La trama se hace interesante en todo momento. Pese a algunas escenas y algunos planos demasiado largos (aunque haya propósito en ello), el filme va avanzando con paso firme por el camino de perdición de Elle, soltando los pequeños detalles reveladores de su pasado a cuentagotas, utilizando los flashback con inteligencia, introduciendo subtramas motivacionales y secundarios con sentido y entrelazando de manera indisoluble su historia con las escenas sexuales.


Y es que la parte sexual está tan estudiada y trabajada como la argumental. Alejándose de los estandards y sin renunciar a la crudeza y dureza del sexo que caracteriza a Elegant Angel, utiliza el tipo de escena y su duración con sentido argumental, logrando un filme coherente y cohesionado donde la trama avanza también gracias al sexo.




La primera escena sexual dura solamente cinco minutos, un pequeño pero intenso aperitivo oral y de masturbación que nos sirve como introducción a lo que hace Elle en Los Ángeles, completado por un pequeño tease en una limousina que nos da más pistas de lo que se cuece en la mente de Elle.


Más tarde, un pervertido Manuel Ferrara la viste de látex y la contrata para seducirle en su propia casa, un juego que acaba con una Jessie sometida por una bestia que la deja sin aliento. Pero aunque se trata de una escena muy intensa, se hace extraña la falta de anal, una práctica coherente con la escena, pero que, al parecer, por desgracia, todavía no practica Jessie en pantalla.



Aún así, la parte sexual va in crescendo y Jessie compensa la falta de anal con otra práctica poco vista en el porno argumental. Y es que Ramon Nomar y Mick Blue le hacen una doble penetración vaginal a la pequeña Jessie en otra escena intensa donde ella puede llevar más la iniciativa y en la que además podemos ver un buen squirt que le provoca el español.


Y tras otra escena breve iniciada a mitad del acto con un hombre mayor y casado que la contrata, tenemos el gran colofón sexual de la película. Para terminar por todo lo alto, Jessie protagoniza una escena con introducción a lo 'Eyes Wide Shut' en la que seis hombres enmascarados la sitúan en medio de un gangbang oral en un angar vacío. Una escena dura y potente en la que Jessie sorprende con una gran entrega y con un aguante digno de las estrellas más veteranas.


Como he dicho, 'Portrait of a Call Girl' es una de esas películas que perduran y estará presente en cada una de las principales categorías de los AVN Awards. Mucho tendrán que sorprender los estrenos que quedan por salir del horno ('Horizon' y 'Fighters', básicamente) para poder hacer sombra a un filme que podría dar su primer AVN a la Mejor Película a Elegant Angel, una de las compañías reinas del gonzo americano.















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